lunes, 19 de marzo de 2012

CACA DE COLORES.

“Caca” de colores

En las consultas de pediatría son muy frecuentes los temas “escatológicos”. Hablar de cómo funciona el intestinodel bebé es habitual en las revisiones: el número de veces que hace deposiciones, si tiene molestias o no, si controla esfínteres, si adopta una postura peculiar cuando se va al rincón para “apretar”, etc. Entre las
preocupaciones de las familias están también, por supuesto, el olor, color o aspecto físico de la caca.
Los pediatras sabemos, claro está, que nos comunican todos estos detalles con la esperanza de que podamos dar alguna explicación científica o nos podamos acercar al diagnóstico de la dolencia de su hijo o hija.


Estos son algunos diálogos de mi consulta que pueden ser ilustrativos:
Caso 1
Madre.- (Muy apurada) Doctora, Jaime ha hecho cacas con sangre.
Yo.- ¡Ah!, ¿Sí? Bien. Dígame, ¿qué aspecto tenia la caca? ¿Había solo hebras de sangre o era mucha cantidad?
M.- ¡Toda la caca era roja!
Y.- ¿Roja-roja? ¿Toda? O sea, no había partes más, digamos, de color “caca” junto con la sangre. O ¿acaso
había cositas negras como “posos de café”?
M.- No, no. Toda igual.
Y.- ¿Y Jaime ha tenido fiebre o vómitos?
M.- No, eso no. Parece tranquilo.
Y.- ¿Ha obrado muchas veces?
M.- Solo una.
Y.- (Que a estas alturas estoy segura de que no puede ser sangre) ¿Me puede describir el color? ¿Cómo de rojo
era? ¿Salmón? ¿Granate?
M.- (Todavía preocupadísima) Era... mmm… como plastilina, entre morado y rosa.
Y.- (Empezando a divertirme) Bueno, ¿con quién comió Jaime ayer remolacha?
Madre.- (Se pone seria recordando, luego me mira, abre mucho los ojos y la boca, y suelta) ¡¡¡Con mi padre!!!
Todos los días. Él come su comidita pero luego le encanta encaramarse en las rodillas de mi padre y picotear de
“Caca” de colores
todo lo que toma el abuelo. Y le encanta la remolacha cocida….
Caso 2
Padre.- (Muy apurado) Doctora, le traemos a Nerea porque ha hecho caca negra.
Yo.- ¡Ah! ¿Sí? Bien. Dígame: ¿cómo de negra? ¿Totalmente negra, con hebras rojas o había cositas negras
como”posos de café”?
P.- ¡Toda la caca era negra!
Y.- (Que veo a Nerea, de 5 años, jugar tranquilamente, inclino la cabeza a un lado, sonrío de oreja a oreja y
pregunto con aire inocente) ¿Galletas Oreo?
P.- (El padre abre mucho los ojos y empieza a mover la cabeza entre incrédulo y asombrado) Pero ¿Tan negra se
pone la caca con esas galletas? ¿De qué estarán hechas?
Caso 3.
Por último, una de olores (tápense las narices).
Madre.- Doctora, Adrián (6 meses; acaba de iniciar la guardería) ha hecho tres caquitas sueltas ayer. Eran más
blandas de lo habitual y tenían una peste….
Yo.- Bueno, la caca, por lo general, no huele a rosas…

Aclaración: los médicos de antaño habían desarrollado habilidades para identificar diferentes agentes patógenos (sobre todo bacterias) por las características físicas de las heces u otros fluidos del cuerpo, como el olor. En aquellos tiempos en los que no había laboratorios cercanos (no era posible hacer un cultivo, ni mucho menos test rápidos de anticuerpos), en los que no se disponía de soluciones de rehidratación oral y las condiciones higiénicas eran muy deficitarias (riego con agua de pozos, ausencia de cloración, red de aguas residuales inexistente, etc.), era, sin duda, una habilidad interesante, que permitía iniciar rápidamente un tratamiento y evitar la deshidratación del joven paciente y la diseminación de las enfermedades. ¡Recuerden que hace 30 años aún había brotes de cólera en nuestro país!

Hoy, en cambio, los médicos hemos perdido esa habilidad, ya que no la necesitamos. En primer lugar porque la salubridad de las aguas está casi asegurada, y la posibilidad de que una diarrea sea causada por un agente que necesite tratamiento antibiótico es muy remota. Actualmente, la base del tratamiento de las diarreas es aportar líquidos y electrolitos (soluciones de rehidratación oral) y realimentar cuanto antes con alimentos agradables y fáciles de digerir.

CACA DE COLORES

“Caca” de colores
Autor/es: Ana Martínez Rubio. Pediatra de Atención Primaria. Centro de Salud de Camas (Sevilla).
Volumen 5. Nº1. Marzo 2012 [1]
En las consultas de pediatría son muy frecuentes los temas “escatológicos”. Hablar de cómo funciona el intestino
del bebé es habitual en las revisiones: el número de veces que hace deposiciones, si tiene molestias o no, si
controla esfínteres, si adopta una postura peculiar cuando se va al rincón para “apretar”, etc. Entre las
preocupaciones de las familias están también, por supuesto, el olor, color o aspecto físico de la caca.
Los pediatras sabemos, claro está, que nos comunican todos estos detalles con la esperanza de que podamos dar
alguna explicación científica o nos podamos acercar al diagnóstico de la dolencia de su hijo o hija.
Estos son algunos diálogos de mi consulta que pueden ser ilustrativos:
Caso 1
Madre.- (Muy apurada) Doctora, Jaime ha hecho cacas con sangre.
Yo.- ¡Ah!, ¿Sí? Bien. Dígame, ¿qué aspecto tenia la caca? ¿Había solo hebras de sangre o era mucha cantidad?
M.- ¡Toda la caca era roja!
Y.- ¿Roja-roja? ¿Toda? O sea, no había partes más, digamos, de color “caca” junto con la sangre. O ¿acaso
había cositas negras como “posos de café”?
M.- No, no. Toda igual.
Y.- ¿Y Jaime ha tenido fiebre o vómitos?
M.- No, eso no. Parece tranquilo.
Y.- ¿Ha obrado muchas veces?
M.- Solo una.
Y.- (Que a estas alturas estoy segura de que no puede ser sangre) ¿Me puede describir el color? ¿Cómo de rojo
era? ¿Salmón? ¿Granate?
M.- (Todavía preocupadísima) Era... mmm… como plastilina, entre morado y rosa.
Y.- (Empezando a divertirme) Bueno, ¿con quién comió Jaime ayer remolacha?
Madre.- (Se pone seria recordando, luego me mira, abre mucho los ojos y la boca, y suelta) ¡¡¡Con mi padre!!!
Todos los días. Él come su comidita pero luego le encanta encaramarse en las rodillas de mi padre y picotear de
“Caca” de colores
todo lo que toma el abuelo. Y le encanta la remolacha cocida….
Caso 2
Padre.- (Muy apurado) Doctora, le traemos a Nerea porque ha hecho caca negra.
Yo.- ¡Ah! ¿Sí? Bien. Dígame: ¿cómo de negra? ¿Totalmente negra, con hebras rojas o había cositas negras
como”posos de café”?
P.- ¡Toda la caca era negra!
Y.- (Que veo a Nerea, de 5 años, jugar tranquilamente, inclino la cabeza a un lado, sonrío de oreja a oreja y
pregunto con aire inocente) ¿Galletas Oreo?
P.- (El padre abre mucho los ojos y empieza a mover la cabeza entre incrédulo y asombrado) Pero ¿Tan negra se
pone la caca con esas galletas? ¿De qué estarán hechas?
Caso 3.
Por último, una de olores (tápense las narices).
Madre.- Doctora, Adrián (6 meses; acaba de iniciar la guardería) ha hecho tres caquitas sueltas ayer. Eran más
blandas de lo habitual y tenían una peste….
Yo.- Bueno, la caca, por lo general, no huele a rosas…
Aclaración: los médicos de antaño habían desarrollado habilidades para identificar diferentes agentes patógenos
(sobre todo bacterias) por las características físicas de las heces u otros fluidos del cuerpo, como el olor. En
aquellos tiempos en los que no había laboratorios cercanos (no era posible hacer un cultivo, ni mucho menos test
rápidos de anticuerpos), en los que no se disponía de soluciones de rehidratación oral y las condiciones higiénicas
eran muy deficitarias (riego con agua de pozos, ausencia de cloración, red de aguas residuales inexistente, etc.),
era, sin duda, una habilidad interesante, que permitía iniciar rápidamente un tratamiento y evitar la deshidratación
del joven paciente y la diseminación de las enfermedades. ¡Recuerden que hace 30 años aún había brotes de
cólera en nuestro país!
Hoy, en cambio, los médicos hemos perdido esa habilidad, ya que no la necesitamos. En primer lugar porque la
salubridad de las aguas está casi asegurada, y la posibilidad de que una diarrea sea causada por un agente que
necesite tratamiento antibiótico es muy remota. Actualmente, la base del tratamiento de las diarreas es aportar
líquidos y electrolitos (soluciones de rehidratación oral) y realimentar cuanto antes con alimentos agradables y
fáciles de digerir.
Catarro
¿Qué es un catarro? Para entendernos enseguida, se
puede decir que un catarro o resfriado es cada uno de los
episodios de obstrucción nasal, aumento de mucosidad y
tos, que se tienen comúnmente en el período invernal y
que le han valido a los niños pequeños el apodo de “mocosos”.
Dentro del catarro, llamado técnicamente “infección respiratoria
alta” o “catarro de vías altas”, se incluyen una variedad
de síntomas que provienen de la inflamación de la
mucosa respiratoria que va desde la nariz a los bronquios,
y según el que más predomine (porque suelen estar mezclados)
se diría que se tiene una rinitis (mucosidad nasal),
una faringitis (dolor de garganta), una laringitis (tos ronca)
o una bronquitis (tos y ruidos respiratorios). Los resfriados
pueden ir acompañados de fiebre y ésta se observa con
más frecuencia cuanto menor sea la edad de quien los
sufre.
Los resfriados son muy habituales y constituyen el motivo
de consulta más frecuente al pediatra. Este tipo de infecciones
respiratorias son por norma autolimitadas, es decir,
que se curan solas en el plazo de unos pocos días y sin
dejar secuelas.
¿Quién los produce y cómo se transmiten? Los causantes
de los catarros son casi exclusivamente los virus y se
estima que están involucrados más de 200 tipos diferentes,
predominando una familia de estos microorganismos
conocida como los rinovirus.
La infección se transmite de un individuo infectado a otro
sano a través de secreciones de las vías respiratorias (mocos)
que se expulsan al aire mediante la tos o los estornudos,
o por medio de objetos contaminados con estas
secreciones. La puerta de entrada puede ser la boca, la
nariz o la fina piel que recubre los ojos (conjuntiva). Está
demostrado que las manos son también un vehículo muy
importante para la transmisión de las infecciones respiratorias.
En el caso de los niños pequeños, la diseminación
se ve facilitada al compartir objetos y juguetes que chupan,
y por la propensión al contacto directo con las manos
y la cara (y a veces los dientes)
¿Cuál es su curso más habitual? Cuando hay fiebre, ésta
no suele durar más de 3-4 días, los síntomas nasales y de
garganta ceden en una semana, pero la tos es generalmente
más persistente y no es raro que dure 2 ó 3 semanas.
La mucosidad nasal va cambiando también a lo largo de la
enfermedad: inicialmente es como “agüilla” que se escapa
por la nariz, pero enseguida se va espesando convirtiéndose
en mocos blanquecinos que luego se vuelven amarillos
e incluso verdosos y de esta forma persisten unos
días. Esto no es signo de complicación ni de necesidad de
tratamiento antibiótico.
¿Por qué los niños se acatarran tanto? Primero, porque
conviven con ellos otras personas que les contagian; es
decir, están en contacto con otros niños (parque, guardería
o colegio) y adultos que les transmiten los virus del
resfriado.
Y segundo, porque su inmunidad es aún inmadura, de
forma que su sistema de defensa “desconoce” a todos estos
microbios y por eso resultan infectados con más facilidad.
Se estima, como promedio, que un adulto normal padece
1 ó 2 catarros anuales y un niño entre 5 y 6, aunque
dependerá mucho del momento de la infancia en que se
encuentre, con un pico de incidencia máxima en los primeros
años de escolarización o de asistencia a guardería.
Esta situación de mayor susceptibilidad es transitoria y
al cabo de un par de malos años el número de episodios
anuales de catarro disminuye claramente. Es como si se
tuviera que pasar forzosamente por esta etapa de catarro
tras catarro en los primeros años de la vida, y esto lo corrobora
el hecho de que los niños que han ido previamente a
guardería, cuando luego llegan al colegio faltan menos a
clase por enfermedad que sus compañeros más “novatos”
en el mundo de los resfriados.
Es interesante aclarar que los niños no se acatarran por salir
al patio del colegio (lo que comúnmente se dice como
que “cogió frío”), sino que la transmisión del resfriado se
produce con mucha más facilidad en los locales cerrados
(el aula), pues el contacto es más estrecho y además, al
haber menos ventilación, las toses y estornudos de los
acatarrados cargan el ambiente de virus en suspensión,
que inhalan los hasta entonces sanos.
¿Cómo se trata? El objetivo primordial del tratamiento
de un resfriado es aliviar sus síntomas, ya que no podemos
atacar el origen, y además prevenir en lo posible o
estar al tanto de la aparición de complicaciones, y todo
ello teniendo muy presente la tendencia natural de estos
procesos a la curación espontánea; o lo que es lo mismo,
intentando evitar al máximo la provocación de efectos
secundarios debidos o atribuibles al tratamiento empleado.
Una de las medidas más eficaces como alivio para el niño
acatarrado es el lavado nasal con suero fisiológico. En el
caso de los bebés es recomendable ayudarse de un aspirador
nasal, de venta en farmacias, especialmente antes
de las tomas y de acostarlos. El empleo de medicamentos,
exceptuando los analgésicos-antitérmicos (paracetamol,
ibuprofeno, etc.) no produce efectos destacables
como para recomendar su uso de forma generalizada. Es
importante saber que el tratamiento de un catarro con
antibióticos no acorta su duración ni disminuye la probabilidad
de complicaciones, y por ende favorece el desarrollo
de resistencias a estos medicamentos.
¿Pueden evitarse? Hoy por hoy no hay una vacuna eficaz
contra el resfriado de forma general, pues son muchísimos
los microbios capaces de dar lugar a este cuadro
clínico. Hay sin embargo una “solución parcial” como es
la vacunación anual contra la gripe, pero teniendo bien
claro que quien la recibe sólo queda protegido contra el
virus concreto de la gripe y no frente al resto de los posibles
causantes de cuadros catarrales.
Otra estrategia preventiva, más difícil de llevar a cabo, es
la evitación de la exposición a personas acatarradas. De
todas formas, es muy importante explicar a los padres
que el lavado de manos con frecuencia es uno de los mejores
hábitos para evitar la transmisión de enfermedades
infecciosas.
Mi hijo está acatarrado, ¿cuándo debo llevarlo al pediatra?
Los catarros que no se complican se curan solos y
no necesitan tratamiento con medicinas. La vigilancia de
los padres debe dirigirse a la detección de posibles complicaciones.
Éstas son producidas sobre todo por bacterias,
causantes de otitis, sinusitis, conjuntivitis purulenta
o neumonía. La duración de la fiebre de más de 3 días, el
dolor de oídos, la dificultad para respirar, la persistencia
de más de 10 días de mucosidad nasal espesa de color
amarillo o verdoso, o el decaimiento, deben ser considerados
como motivos de consulta al pediatra.

sábado, 25 de febrero de 2012

5 cosas que no debes hacer con tu hijo


La crianza es un camino complejo y una labor agotadora  que debemos hacer frente por el bien de nuestros hijos. Atenta a los siguientes tips escritos en positivo para detectar el pensamiento equivocado. Piénsalo dos veces antes de caer en ellos.
Dale a tu hijo todo lo que pida para que te ame más y no haga una de susrabietas cuando te niegues a consentirlo: si lo haces, conforme crezcademandará, además de juguetes dinero, asimismo, jamás entenderá que todo en la vida llega a nuestras manos con sacrificio.
Nunca lo reprendas demasiado con la famosa frase “esto no está bien”, se vuelve una frase dañina, le restará libertad y siempre tendrá miedo a equivocarse: los niños necesitan diferenciar lo bueno de lo malo, aunque pudiera resultar tan estresante tener que repetir continuamente las mismas indicaciones. No queremos un niño asustadizo pero tampoco uno maleducado, debes encontrar el equilibrio.
Celebra sus malas actitudes pues son cosas de niños, todos lo hacen en su momento: cuidado, ellos lanzarán los juguetes cuando se enojen o dirán groserías si tú les permites ese comportamiento. Ya sabes que en este último caso la mejor manera de enseñarles qué es lo correcto es a través de nuestro ejemplo.
Pelea con tu pareja o con otras personas delante de él, total es pequeño y no entiende ni percibe los conflictos: es verdad, las peleas son incomprensibles como concepto, pero sienten tu enojo  y los gritos de los demás como algo negativo.
Date por vencida en tu objetivo de criarlo con valores, el niño es quien tiene el problema, nunca los adultos: podemos cometer errores mientras educamos a nuestros niños, quizás hasta se vuelvan reacios y agresivos, pero si nos proponemos recuperarlos veremos los frutos en algún momento. En el intento estará el éxito.

Cuidados sobre la influencia de la televisión en los niños


 Muchos padres se encuentran preocupados por lo que   sus hijos ven día a día en latelevisión pues ellos suelen  aprender y repetir todo lo que ven.
Algunos programas  no tienen mucho cuidado o no están al tanto del gran efecto que tienen en la vida y educación de los niños por  lo que no suelen regular su contenido.Los niños  obtienen el conocimiento de cómo deben comportarse  según lo que ven día a día. Nosotros también debemos  regular nuestro comportamiento si queremos que las  bases de su educación sean buenas.
Nuestros hijos no escogen qué cosa los van a influenciar, por eso nosotros debemos estar preparados para lidiar con cualquier problema que se presente durante su crecimiento.
 ¿Cómo regular la influencia de la televisión?
A pesar de nuestros esfuerzos por educarlos, estos pueden ser vanos si ellos prefieren copiar las actitudes y ocurrencias de su personaje de televisión favorito. En estos casos es muy recomendable tener un alto nivel de comunicación con los niños, preguntarles qué programas han visto, qué aprendieron, cómo les fue durante el día, de esta maneranotarás  si tu hijo está aprendiendo algo incorrecto y estarás a tiempo de poder corregirlo.
LLevarlo a realizar actividades físicas también ayuda pues lo aleja delsedentarismo ocasionado por ver televisión. Además, estas actividades crearán un mejor lazo con tus hijos.
No te olvides de mantener siempre una comunicación activa y tratar de moderar algún comportamiento propio que puede influenciar de manera errónea su educación.

domingo, 19 de febrero de 2012

MAMA DE TRES REYES

Crianza con afecto asegura mejor desarrollo cerebral, afirman

Los niños que reciben más cariño durante su etapa escolar desarrollan un hipocampo más grande y tienen menos síntomas de depresión, afirma un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences Early Edition.

Según el estudio, los niños criados con afecto desarrollaban un hipocampo casi diez veces mayor que los que no habían tenido tanta suerte. Este órgano se relaciona con procesos de memoria y aprendizaje, así como con mecanismos de respuesta al estrés, indican los especialistas.